Un beso en cada labio descarnado
Que eleva el alma al cielo del que besa
Dejándolo volar enamorado
Un hombre, una mujer y en un segundo
Dos almas que confunden sus destinos
Uniendo sus distancias a otro mundo
y haciendo de su mundo otro camino
Un hombre, una mujer y hasta el silencio
Que había entre sus propias soledades
Transforma la tristeza en el comienzo
de una ola de amor y tempestades
Un hombre, una mujer se hacen abismo
Cuando se entregan juntos y en su alma
Queda grabado que ya no es lo mismo
Vivir sin el reflejo en la mirada
Porque en los ojos quedan las palabras
Y en nuestro corazón el sentimiento
Que dan los besos que en la madrugada
Fueron bordados de amor y fuego lento
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