Tardes de Miel y Canela

El cielo se hundió en aquel noviembre
Se cubrió de hojas mi vida florida
Se cerró de golpe una trayectoria
Y colgada al alma una despedida

Vives para siempre entre mis recuerdos
Tu mirada dulce, tu tez tan bonita
y esos ojos grandes llenos de ternura
Con el que bordaste mi infancia infinita

No olvido tus manos hechas de trabajo
De horas desvelada mientras me dormías,
mientras yo soñaba entre tus abrazos
Con aquellas nanas en que me mecías

Se cerró de golpe, fue como un portazo
Con un golpe seco se quedó mi vida,
Ya sin tu consuelo, ya sin tu cariño
Me quedé muy sola sin tu compañía

No te olvido Madre, viajas a mi lado
En mis noches largas, en mi día a día
Y en las horas lentas en que te recuerdo
Buscando un abrazo para mi agonía

Vives para siempre entre mis silencios
Y el rincón de mi alma en el que tú anidas,
Donde un nudo eterno ahoga mi tristeza
Buscando tus manos, buscando tu risa

No quiero olvidarte y enfrento al olvido
Que envuelve a tu imagen entre la neblina
Y aunque el tiempo pasa, aún no comprendo
Porque con la muerte todo se termina

Me queda el cariño que tanto me diste
Me queda tu nombre bordado en mi hija
Me quedas Tú Madre, por siempre me quedas
Tan grande, tan honda, tan buena, tan linda

Y si existe algo encima de todo
Yo quiero encontrarte en esa otra vida
Para ofrecerte quizás de algún modo
Los besos que pude no darte algún día…