Las tecnoamistades

Es curioso hasta donde nos está llevando la tecnología. Yo admito mandar un wassaps a alguien que está lejos, aquel amigo que vive en otro país o que se encuentra a kilómetros de nosotros, a quien no tiene correo electrónico o incluso a quien teniéndolo le quiero alegrar el día con un chiste o un video interesante, pero hay quien lo utiliza para enviarle al vecino un mensajito porque apenas hay tiempo de pararse a charlar con él, hay quien incluso está próximo a ti en el lugar del trabajo y convive contigo en horario laboral y te manda un correo o incluso te hace un comentario al blog aunque luego lleve meses sin saber de tu vida. Ocurre lo mismo en facebook, la gente cotillea en la vida de los demás Esto es como entrar en la casa de uno sin que lo inviten, pasar ver que estas haciendo, que has comido, adonde has ido o que opinas de la subida del pan y largarse luego sin más interés que la curiosidad, el morbo o el chismorreo.

Yo también tengo mi muro, por supuesto, como no!!, el mundo gira y hay que girar con él, para no deteriorarse, para seguir activo y sobre todo para que no se olviden de uno, pero en mi página solo conviven mis amistades, mis conocidos y aquellas personas con las que me une un hobby pero no hay gente extraña ni tengo 800 seguidores virtuales que no los conoce ni su madre. Hay gente que hasta presume de ello... "Me siguen 756 personas".que pelotudez!!!,  ..madre mía que pena...¿y hasta donde me van a seguir?  da miedo hasta pensarlo!!! y luego están esos comentario en los que todas somos wapas, increíbles y hacemos maravillas para unas personas que nunca, nunca en la vida sabrán ni quien eres, ni como eres....

Lamentablemente luego nos encontramos solos, tremendamente solos rodeados de los 1500 seguidores, desconocidos y lejanos que no pueden darte un abrazo ni estrecharte la mano en momentos de necesidad.

 Estamos perdiendo las largas charlas con los amigos, aunque yo procuro seguir teniéndolas pero con aquellos que me han demostrado de veras serlo, a ellos me gusta escribirles, contarles mis novedades, enviarles fotos y tenerlos al tanto de mis vivencias. A través de esta comunicación y del roce uno descubre donde está la verdad y donde la mentira. Quien termina alejándose, nunca estuvo y hay quien estando lejos estará siempre. Quizás esto demuestra que la conexión no depende de cables ni de circuitos eléctricos sino de sensibilidades, química y sobre todo sinceridad.

Un amigo verdadero estará vinculado a nosotros sin necesidad  de tener acceso a internet y por supuesto preferirá mirarnos de frente en una charla sincera antes que mandarnos unas lineas en una página pública, con el único fin de que las lean los demás.