sábado, 30 de abril de 2011


Volvimos a quedar, fue como antaño, cuando mi corazón volaba al viento de su vespa.

Volvimos a vernos y a sentir aquella vibración loca del corazón que queda sin aliento, bajo las campanas que tintinean en el latir de un alma enamorada, volvimos a fijarnos frente a frente con la mirada puesta en el pasado, a quedarnos perdidos en el tiempo yo bajo sus ojos azules y él por encima de mis ojos verdes.

Un sol dorado nos destelló en el rostro y nos transportó años atrás cuando mis manos se perdían en las suyas y mis labios no encontraban más caminos que el que me marcaba su boca enloquecida.

Se detuvieron las aves en su vuelo y el sonido del mar calló un instante y ahí perplejos y atrapados el uno frente al otro, vimos volar nuestra locura juvenil y nos miramos con los ojos nuevos como se miran aquellos que han sentido y compartido una leyenda juntos, pero fue más, mucho más… supimos de inmediato que aquel amor había sido algo más que un juego y que en el fino tejer que marca el tiempo, un hilo fuerte  y firme había tensado nuestro destino.

La madurez nos dio el entendimiento, la lucidez de ver tras los cristales y comprendernos, tal vez de perdonarnos y al mismo tiempo tal vez de arrepentirnos.

La juventud dobló nuestros caminos, tú te perdiste detrás de algunas luces, y resguardaste tu vida bajo palio y yo cohibida quizás en demasía, no supe darte lo mucho que albergaba.

Me arrepentí mil veces lo confieso y sé muy bien que tú te arrepentiste y aquí me encuentro por fin hoy frente a frente, sabiendo cuanto me amaste y yo te quise.

La vida lleva implícito cometer errores y cuando comprendemos esto, esperamos no tener que  arrepentirnos de haberlos cometido, quizás por eso a veces surgen oportunidades para cambiar el rumbo o el final de una historia y poder escribirla nuevamente derramando en ella todo el cariño que uno llevaba dentro.

Tal vez nunca es tarde para decir lo siento, tal vez el sabor de aquellos besos nos siga quemando en la boca y siempre es bueno, aunque tarde,  confesar que se ha querido.


1 comentario:

  1. Nunca es tarde, tarde para nada, y no por llegar tarde va a ser sin menos ganas. Lo importante es saber decir las cosas en el momento que uno crea preciso, el tiempo duele pero a veces es necesario.
    Me gusto leer esta entrada. Besitos Su!!!

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