Tardes de Miel y Canela

Hace tiempo era asidua a un foro de jardinería, una de mis pasiones. Yo entraba seguido y en uno de sus apartados enseñaban a crear gifs, a darles brillo y resaltarlos, fue entonces cuando alguien se interesó en enviarme el programa para hacerlos y a partir de ahí nos empezamos a comunicar.

Quizás por ser de mi mismo país, o por sus mensajes lo cierto es que enseguida conectamos y nos hicimos amigas. Stella me pareció tan sencilla y natural que empecé a conocer a su familia a través de sus mensajes.

Al poco tiempo y a través de una foto que me mandó, se me ocurrió pintarle un retrato y se lo mandé. Nunca vi a nadie tan feliz y agradecido, en correspondencia me envío uno de los regalos más bonitos y nostálgicos que he recibido: un juego de mate hermoso que envolvió con infinito cariño. Al poco tiempo y con ocasión del cumpleaños de sus chicos, volví a enviarle un retrato a pastel de los dos y fue así como Stella y yo nos hicimos amigas, rellenando la pantalla con sucesos, momentos y hasta sentimientos desde Buenos Aires a Málaga y viceversa.

Llevamos años escribiéndonos y mandándonos regalos en fechas particulares. Quizás si alguien me hubiera dicho hace unos años que la amistad a través de un ordenador no puede ser verdadera, lo hubiera creído, pero hoy en día puedo decir que si, ya que a pesar de no conocernos ella está pendiente de los cumpleaños de mis hijas, de enviarme mensajes en momentos oportunos o de escribirme dándome ánimos en otros. Ella me ha aconsejado escribir "solo cosas lindas" en esta especie de diario que es mi blog.

Nos conocemos a través de los escritos, de las llamadas o de lo que vamos contándonos día a día y así hemos creado un vínculo que va más allá de la pantalla de la computadora.

Y resulta tan agradable tener a alguien ahí detrás que te hace sentir importante porque a través de solo unas palabras se ha creado un lazo familiar y querido, y a pesar de no vernos sabemos que es verdadero y cierto. Yo me preocupo por su familia como ella se preocupa de la mía en determinadas circunstancias y nos contamos nuestras cosas, nuestros problemas o compartimos la felicidad de un día y quien sabe, quizás algún día podamos compartir un abrazo sincero que separe la larga distancia física que de momento existe.