
Cuando mis hijas eran más pequeñas , solian escribirle unas cartas a las hadas, esos dibujos los ponían en unas setas que con cemento yo habia fabricado y colocado en el jardín y alli debajo de ellas, depositaban sus dibujos. La ilusión de sus pequeñitas mentes le hacian creer que eran las hadas quienes le cambiaban los dibujos por golosinas y huevitos de chocolate y temerosas e intrigadas subian cada tarde de primavera al bosquecito bajo los pinos a descubrir que presente habría bajo las setas...era una forma de llenar de ilusión su infancia pero tambien era una forma de creer en la magia y en que las cosas, en las que ponemos el corazón, nunca resultan imposibles....