La Desfachatez

Los sinónimos de desfachatez según la Real Academia de la Lengua , que de esto sabe un rato, son: cinismo, descaro, desvergüenza, frescura, insolencia, atrevimiento y osadía. Cuantas palabras para definir lo mismo, cuantas palabras para definir a los mismos, a aquellos que durante años nos han estado gobernando con ese talante suyo tan particular de proclamar su empeño en ayudar al obrero mientras se deja en paro a 5.000.000 de ellos, de aclamar las desigualdades sociales y acabar con unos inigualables y sustanciosos sueldos, de hacer de la política un prostíbulo donde unos y otros se venden por un puñado de euros, por obtener poder y por elevar su estatus social a costa de lo que sea y de quien sea.

Gente sin escrúpulos amparados en sus despachos, en sus Mercedes y en sus gloriosos sueldos y en su gloria ya finalizada pero de la que se han ido a manos llenas dejando un país sumido en una crisis que nos ha tocado de lleno, por la ignorancia de quien decía que aquí no existía tal crisis y que por lo tanto, no supo hacerle frente.

Y ahora culpan al contrario de sus errores, Pilatos también se lavó las manos después de llevar a Jesús a la Cruz y eso no lo redime de su culpa. Han dejado un país sin fondos a los que poder agarrarse y ahora toca dar tijeretazo ¿y que otra opción queda? ¿Cómo si no, hacer frente a lo que se nos viene encima o mejor dicho a lo que ya tenemos encima hace rato?. Se trata de hacer las cosas bien, independientemente de lo que cada uno piense, crea o vote. Se trata de ser buenos gestores, de ser emprendedores, de pensar más en el país de Todos que en el propio beneficio de unos pocos, se trata de hacer leyes justas que se cumplan, de dar derechos a quien carece de ellos y de ser consecuente con los deberes de cada uno, mirar por los que más carencias tienen, conseguir sueldos decentes y no indecentes sueldos y por encima de todo tratar de levantar un país que ha quedado hundido a costa de haberse levantado ellos.

Quien los ha visto de frente, sabe como actúan, lo que han hecho y lo que no. Políticos de bajo pelo y políticas de alta cama, personajes que se mueven en el mundo del poder, del Yo soy, del cochazo, las mujerzuelas y el mariconeo. Estos, la gran mayoría, no me valen como gente decente, no me han valido como personas de bien ni como compañeros, la mayoría recelosos, envidiosos y con grandes dosis de maldad y cinismo. Ahora los veo como se arrastran como ratas entre las calles que antes no pisaban, las avenidas de los “fachas”, entre sus despachos y sus pasillos, mientras a las espaldas critican, insultan y levantan bulos más grandes que sus propias cabezas, las que tienen no para pensar y hacer progresar el país sino para conseguir seguir ahí donde se quedaron, chupando de la vaca que dejaron sin leche.